Me consta que no soy el único que está hasta la mismísima amapola que no tengo de los exámenes, de las recuperaciones y de la madre que parió a todos esos que llegan a la biblioteca, dejan sus apuntes y se van. Son días de mucho estrés, de comer mal, dormir peor, no hacer nada de ejercicio, dios mío, es peor que la regla para una mujer.
Durante la semana pasada perdí 300 gramos con la dieta (WOW, QUÉ PASADA, TEN CUIDADO NO TE VAYAS A MORIR DE INANICIÓN) y la gente dice que se me ve más delgado, no perdona, es que gracias a las ojeras parezco un zombi demacrado. Qué digo, un zombi tiene más vida que yo ahora mismo, si es levantarme a las 8 y media de la mañana y ya tienes ganas de suicidarte al pensar la hora que es, que no vas volver a acostarte hasta dentro de mucho, y que el tiempo de el día que comienzo lo vas a ver pasar por delante tuya mientras lees los apuntes sin ver nada. O mientras miras el fantástico día que hace fuera, la brisa que corre, o escuchas los pajarillos cantando, en ese momento es en el que sacas tu escopeta del calibre 50 y te lías a pegar tiros porque hasta la más mínima risa te molesta.
Echo de menos poder dormir, poder ir al cine, poder respirar, y lo digo en serio, que la mayoría de los que leéis esto estaréis pronto de vacaciones y yo hasta el 6 de Julio de rodillas. Qué asco me dais, ¿os enteráis? ASCO. Pero, como ya sabéis, la que habla por mí es la envidia.
Algo malo: El examen de mañana lo voy a hacer con "Picasso face"
Algo bueno: Hoy me crucé por la calle con un cani de unos 15 años que iba con una litrona de cerveza y eructó de tal forma que habría peinado hasta a Harry Potter, triste, si, pero es lo que más me ha hecho reír hoy.
You know you love me.
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