miércoles, 12 de diciembre de 2012

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Mi última entrada en este blog fue innecesariamente deprimente, así que voy a hacer como si no existiera, por lo tanto llevo unos tres meses en los que no he escrito, tres meses en los que no he sido persona, o mejor dicho, no me he permitido serlo, pequeños daños colaterales que surgen cuando alguien te rompe el corazón. A día de hoy vuelvo a sentirme, despertándome a base de realidad, susurrándome delirios que puedan hacerme sonreír  vuelvo a ver al tigre de Bengala más fuerte y robusto de lo que lo ha sido últimamente, empieza a enseñar los dientes, a luchar, nadie puede contra sus colmillos.

Como todos sabemos las rupturas son la finalización de una fase,una etapa y cuando se termina le corresponden unas vivencias, un tiempo y unos espacios que siempre nos la recordarán, pero en concreto quiero hablar de la música en las etapas, no de la música en general, sino de esa música que entregamos libremente a alguien, frases, canciones, grupos enteros que regalamos a los oídos, que para nosotros significan nuestro mundo, algo con lo que obsequiamos a esa persona, que cuando se marcha dando un portazo provocan que todas esas palabras  nos caigan encima, rotas, como cristales y claro, cuando lo rememoramos, duele.

Vuelvo a escribir por el placer de que he encontrado nueva música que me haga sentir, me hace cantar y vibrar de emoción, no serán las mejores, no serán las más populares, pero son nuevas, sin huellas.



I have to love me, XOXO.

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