sábado, 22 de diciembre de 2012

Ira



Ahora no puedes escapar, como un ratoncito en su trampa que sabe que va a morir, pero no, todavía no empieces a llorar, no sabes lo que te espera. Mientras me acerco a ti, tu angustia crece, sabes que esto acabará mal y que yo tengo el control. Hay dos opciones; una, que acabe con esto rápido o segunda, que lo haga lentamente, disfrutando cada momento. Creo que elegiré lo segundo.
Me acerco y te acaricio la cara, el cuello y me hace gracia ver cómo intentas escapar de mí, no puedes. Te huelo y recuerdo lo feliz que me hiciste, sonrío, pero todo ha pasado, ahora voy a verte sufrir, un sufrimiento equiparable al mío.
Miro tus manos que una vez me parecieron hermosas, y lentamente te rompo varios dedos disfrutando del crujir de tus huesos, lo siento pero me río. Finalmente decido romperte todos los dedos, de la forma más dolorosa posible, aplicando todas mis fuerzas para disfrutar de ese maravilloso crujido acompañado de tus aullidos que hacen que que se me ericen los vellos de la nuca. Como lo disfruto sigo machacando los huesos de tus manos hasta que quedan reducidos a polvo. lloras pero no gritas, hace rato que se te acabó la voz.... y continuo destrozando tu brazo derecho con mucho cuidado de que no salga el hueso, la sangre vendrá después.... Por último de una patada en la rodilla la desencajo totalmente de su sitio. OH!! se me olvidaba, también están los dedos de tus pies, me descalzo y me subo a ellos, me acero a ti y te susurro al oído las cosas que pensé y que en aquel entonces te harían odiarme mientras los piso con fuerza para sentir la vibración y los chasquidos en mis plantas de tus huesos ya débiles y sin fuerza, qué felicidad.
Ahora empieza lo bueno, tus ojos, bellos ojos que me hicieron perderme en un sueño se salen de sus órbitas al ver la daga que sale de mi manga. No los sajaré para que veas todo, no puedes perderte nada de esta gran diversión, soy feliz como un niño. Para empezar unos pequeños cortes, justo debajo de los ojos, para que tus lágrimas sean de sangre y otro pequeño corte en la mejilla de donde empieza a brotar la caliente sangre de juventud. Me acerco y te beso mientras mojo mis labios en tu sangre y se antoja un sabor prohibido, maravilloso que me hace sonreír aún más. Mayor es mi gozo al contemplar tu miedo y dolor y casi como un impulso paso la lengua por la afilada daga disfrutando tu sangre como un helado en verano.
Mientras sigues sollozando y pidiendo clemencia y perdón pienso que ya es demasiado tarde, ya no quiero saber nada más de ti. Mi ira va aumentando con cada hipocresía que suelta tu boca y los cortes por brazos, piernas y torso son cada vez más profundos, hasta que finalmente, ambos empapados de sangre nos miramos y te abrazo, te miro los ojos y clavo la daga en tu corazón. Para culminar mi obra te arranco el último aliento con un beso que acaba sabiendo a sangre.
Ya no soy humano, mataste lo que quedaba de mi alma. Ahora yo me he cobrado mi venganza.

La hora del té


Ella llegó, la chica de la melena dorada corría por la explanada, preocupada mientras el encapotado cielo amenazaba. La jadeante niña tropezó y acabó en el reciente barro, provocado por las lluvias. Al instante comenzó a llorar, era tarde, lo sabía y ya no habría nadie. Se incorporó y no se rindió, siguió corriendo con su vestido azul ahora manchado de barro ondeando al viento y el color rojo en sus medias antes blancas moviéndose lo más rápido que sus piernas lo permitían.

Por fin llegó, y como temía no había nadie, todas las mesas formaban una línea recta, todas distintas y de desigual altura cubiertas por elaborados manteles de encaje, algunos rotos, algunos movidos por el viento. Pero al fin y al cabo, sin nadie. La pequeña se sentó en un taburete, y se sirvió una taza de té, temblorosa, empezó a llorar y gemir, al mismo tiempo comenzó a llover, en aquel prado desolado Alicia recordó, ella ya no era una niña, todos se habían ido y sólo quedaba aquel vacío que se reflejaba en el té aguado que tenía delante....

jueves, 20 de diciembre de 2012

Luna llena

Era muy extraño, yo era yo, pero también podía verme a mi mismo, pero tampoco era yo, era un esqueleto, como de dibujo animado, de cabeza redonda y de sonrisa amable, enormes ojos blancos, todo era negro y los trazos de mi cuerpo en blanco. La Luna blanca me sonríe.

Me cuelo por las chimeneas en la noche oscura, todo es silencio ¿Por qué? Ah,si, no tengo orejas ni oídos, pero tampoco me hace falta, escucho pensamientos que a esta hora son sueños. Y ahí está, un niño en una cama bastante inapropiada para él, una cama de gigantes, con postes de dosel y sedas colgando. ¿Quién será? Dulce angelito de piel blanca y cabellos morenos, ¿Por qué te ha tocado a ti?. Y como si una araña fuera despliego  unos hilos color luz de luna, que se amarran a las cuatro esquinas de su cama y empiezan a sostenerlo a él, voy entendiendo con horror lo que va a pasar, no quiero matarlo, ese niño me suena, me resulta conocido y no quiero matarlo, pero algo en mi no piensa lo mismo, soy un mero espectador.

Los hilos empiezan a levantarlo, como en una especie de macabra danza ritual, con al cabeza colgando, su pelo bailando.

Los hilos empiezan a moverse, a pasearse por él, pobrecito niño, se despierta y empieza a gritar y yo a reír, la sangre empieza a aflorar, una parte de mi se divierte, la otra, llora por el infanticidio que se comete ante sus ojos. Y antes de que la primera gota de sangre me salpique, abro los ojos, estoy en mi cama y todo ha sido un sueño, no un sueño cualquiera, pero tampoco quiero saber su significado, pero no puedo olvidar los ojos verdes que me miraban pidiendo socorro.


Pisto con arroz

A pesar de que las cartas en mi mano son de adulto, soy un niño, y como tal, apenas se jugar. 

Soy consciente de que muchas personas ansían mi fracaso, ver que no llegaré a nada, y lo más probable es que tengan razón, nunca pensé que yo estuviera destinado a nada, como mucho a pasar haciendo algo de ruido, pero no me importa, yo me divierto así, tocando vidas, dejando más o menos huellas, repitiendo ese contacto si merece la pena hacerlo. Aprendiendo a disfrutar de las pequeñas cosas, de mi colección de tazas baratas y curiosas, buscando ofertas sin parar, de salir a comprar ropa y volver con un muñeco vudú, una taza, tres películas épicas compradas de segunda mano a un precio irrisorio y repetir una temporada más las camisetas, camisas y pantalones, de olvidar lo que mi cuerpo me dicta escuchando la canción que más me entienda en ese momento, entender el placer de leer en una cafetería un libro con un café y una tostada delante, divertirme saltando de charco en charco a sabiendas de que tengo agujeros en el zapato y a sentir mi pecho acelerado al recibir un mensaje de alguien inesperado. En definitiva, vivir en las pequeñas cosas, envidiando en secreto a aquellos que viven su vida a lo grande y consolándome pensando que en la mayoría de sus cabezas y corazones, están huecos.


En resumen, una existencia triste, pequeña, pero a veces feliz.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Mi peor vicio

Ya hace más o menos un año que me encontré contigo, eras nuevo, distinto a lo que había probado hasta ahora, llegaste de improviso, con la madurez, me pillaste sin experiencia, y, como todos, sucumbí a ti. Durante 10 meses estuviste conmigo, eramos tres en la cama, pero claro, eres un amante cruel, te fuiste cuando se fue el otro, el chico de los ojos verdes, y desde entonces solo te he vuelto a ver en dos ocasiones, ¿Acaso ya no te gusto? ¿Por qué me lo diste todo? Ahora quiero más, voy olisqueándote, buscándote en las sombras, en los rostros bellos, en las mentes ingeniosas, soy un yonki de ti, ya puede ser el día más feliz de mi vida que al final siempre asoma tu ausencia, devastando mi mente, destrozándome por dentro, arañándome el alma cual huargo furioso, eres lo peor y por eso te quiero, pero también te odio.

Espero que no acabes por destruirme, porque vas por buen camino.


You know you love me, XOXO.





miércoles, 12 de diciembre de 2012

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Mi última entrada en este blog fue innecesariamente deprimente, así que voy a hacer como si no existiera, por lo tanto llevo unos tres meses en los que no he escrito, tres meses en los que no he sido persona, o mejor dicho, no me he permitido serlo, pequeños daños colaterales que surgen cuando alguien te rompe el corazón. A día de hoy vuelvo a sentirme, despertándome a base de realidad, susurrándome delirios que puedan hacerme sonreír  vuelvo a ver al tigre de Bengala más fuerte y robusto de lo que lo ha sido últimamente, empieza a enseñar los dientes, a luchar, nadie puede contra sus colmillos.

Como todos sabemos las rupturas son la finalización de una fase,una etapa y cuando se termina le corresponden unas vivencias, un tiempo y unos espacios que siempre nos la recordarán, pero en concreto quiero hablar de la música en las etapas, no de la música en general, sino de esa música que entregamos libremente a alguien, frases, canciones, grupos enteros que regalamos a los oídos, que para nosotros significan nuestro mundo, algo con lo que obsequiamos a esa persona, que cuando se marcha dando un portazo provocan que todas esas palabras  nos caigan encima, rotas, como cristales y claro, cuando lo rememoramos, duele.

Vuelvo a escribir por el placer de que he encontrado nueva música que me haga sentir, me hace cantar y vibrar de emoción, no serán las mejores, no serán las más populares, pero son nuevas, sin huellas.



I have to love me, XOXO.